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Metodologías ágiles

Design Thinking en 5 pasos

4 de noviembre de 2021
Planificar, gestionar, delegar, chequear y motivar son conceptos que se incorporan a una metodología que se expandió más allá del mundo del software. Por qué es fundamental para desarrollar productos o mejorar tu servicio. Tres puntos claves para entenderla y sacar su máximo provecho.

Si bien no existe una definición única sobre Design Thinking, podemos definir este concepto como una metodología de innovación y creatividad, orientada a la generación de soluciones plenamente orientadas hacia el usuario. De esta forma, los productos, servicios o soluciones que generemos a través de esta metodología, aportarán valor a las personas. Por su nombre parece un proceso ligado al marketing o a la publicidad, pero su capacidad para generar en muy poco tiempo soluciones innovadoras, ayudó a que rápidamente fuese adoptado por distintas industrias, organismos, emprendedores e incluso aulas escolares.

Design Thinking es un proceso con 5 pasos bien definidos. Los 2 primeros centrados en “encontrar el problema”, y los 3 últimos en “pensar la solución”. Sus fases son:

1) Empatizar con el usuario: el foco son las personas. No debemos centrarnos en el producto o servicio, sino en las interacciones de los usuarios con ellos. Tenemos que empatizar con la forma de pensar y de sentir del público objetivo, para poder comprender sus necesidades físicas y emocionales. ¿Quién es? ¿Qué hace? ¿Qué le gusta? Podemos utilizar distintas técnicas como entrevistas, encuestas, observación, árbol de problemas. Al finalizar esta etapa tenemos que entender porque se genera la necesidad y porque el usuario actúa en la forma que lo hace. Esta comprensión es fundamental para poder alcanzar los objetivos.

2) Definir: en esta etapa, vamos a procesar todo lo aprendido del usuario en la primera fase y vamos a buscar nuevas oportunidades de innovación o posibles soluciones. Debemos concentrarnos en los datos importantes de los relevamientos con los usuarios y definir un foco de acción concreto. La lista de problemas a solucionar acompaña la información analizada.

3) Idear: una vez que ya tenemos definido el problema vamos a realizar sesiones creativas para pensar diferentes soluciones. El objetivo es tener muchas alternativas y no centrarse en la mejor opción, por lo menos en un inicio. Una de las técnicas más utilizadas es la de brainstorming o “tormenta de ideas”, que debe darse en un ambiente en el que se respeten todas las opiniones, sin juzgar a nadie por ellas. Si es posible, sería muy enriquecedor que participen personas de distintas especialidades, esto ayudará a contar con diferentes visiones y perspectivas sobre el problema y sus posibles alternativas. Al finalizar, tendremos la posible solución a implementar.

4) Prototipar: El objetivo de esa etapa es crear una versión reducida de la solución a implementar, llevando a cabo las ideas del paso anterior. Podemos pensar a nuestro prototipo como un ensayo rápido y económico, lo que nos permite actuar de forma veloz y retroalimentar el diseño prácticamente sin costo, mientras generamos aprendizaje de las necesidades del usuario. Podemos utilizar medios digitales o físicos como diseños, dibujos, mockups, maquetas, bloques de Lego y realizar mejoras graduales e incrementales sin gastar demasiado.

5) Probar: En esta etapa, les presentaremos nuestro prototipo a una porción del público objetivo, para poder conocer sus opiniones y comentarios al respecto. Es muy importante escuchar y comprender, para poder obtener la información más realista posible, y conocer si estamos avanzando según sus necesidades y deseos. Luego del feedback del usuario, tendremos que decidir las acciones que llevaremos a cabo, teniendo por lo menos 3 escenarios posibles: pasar a producción, iterar nuevamente (este camino es el más habitual) o abandonar el proceso si se comprueba que no hay mercado para nuestro producto o el feedback de los usuarios fue negativo.

Lo más común en esta metodología, es tener varias iteraciones hasta que lleguemos a contar con la aprobación y validación del usuario. En este proceso iterativo, tendremos que pasar por todas las fases por lo menos en una oportunidad. Una vez que obtenemos la retroalimentación del usuario, podemos decidir a qué punto del circuito necesitamos volver.

Design Thinking es una potente herramienta para el diseño de productos y servicios, por eso se puede utilizar para avanzar de forma muy rápida y a muy bajo costo en tu emprendimiento. Principalmente, vas a poder obtener rápidamente propuestas de valor que conectan con los usuarios, y generar mejoras a la idea que inicialmente desarrollaste, así como también reducir los riesgos de inversiones o crear un producto que nadie quiere.

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