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Profesionalización de tu empresa

1 de noviembre de 2021
La buena gestión de las diferentes áreas del negocio, en manos de profesionales capacitados, provocará el crecimiento sostenido y duradero de la marca que busca ampliar los horizontes. Cuáles son los pasos para consolidar el negocio y diferenciarse de la competencia.

Martín, profesor de educación física, decidió lanzar su propio gimnasio. Él, como emprendedor, abre su local y empieza a dar clases. A su vez, maneja las redes sociales de su marca y también organiza los números del negocio. Con el tiempo, Martín consigue más clientes y su local ‘explota’ de gente. Es por eso que le gustaría abrir otra sucursal, pero él se da cuenta: no da abasto. Es ahí donde decide, luego de hacer una reflexión, delegar a otras personas algunas funciones de su trabajo para que él, sin tantos quehaceres, comience a pensar en la expansión. Martín, en otras palabras, decidió profesionalizar su empresa.

Así como este ejemplo, existen numerosos emprendimientos que, en sus etapas iniciales, se manejan por la intuición, la improvisación y, a veces, por la misma prueba y error y no, tal vez, a través de una gestión planificada o profesional. Cuando un negocio decide proyectar su crecimiento, deberá esencialmente iniciar un proceso de profesionalización que, con tiempo y dedicación, designará roles y funciones a personas especializadas en determinadas áreas.

Es por eso que la principal diferencia entre una empresa que está profesionalizada y otra que no, es que, en esta última, por ejemplo, las decisiones dependen 100% del dueño, lo cual produce falencias en los procesos de negocios y en los controles. En el caso de las que, si lo están, se encuentran encargados “profesionales por función” y se trabaja con la delegación de las tareas. Esto, produce una gestión más eficiente donde el líder piense más y haga menos.

La decisión de querer proyectar y trabajar en la profesionalización de tu empresa conllevará a tener en cuenta ciertas acciones que serán fundamentales para avanzar en el proceso:

1) Identificar las áreas donde se quiera mejorar el desempeño

A través de un diagnóstico de todas las diferentes patas del negocio, será fundamental identificar cómo se encuentra cada una de ellas. A través de la creación de organigramas, se podrá definir cuáles poseen necesidades más prioritarias a trabajar y determinar, finalmente, cuáles son las que deben ir a posteriori, ya que producto de la limitación de recursos, orden y, sobre todo, tiempo, muchas veces no se pueden realizar simultáneamente. Más más allá de las prioridades iniciales, será importante tener un desarrollo homogéneo en todas sus áreas.

2) Determinar los profesionales indicados para área

Basados en su experiencia y formación, será clave elegir los perfiles indicados para cada área. La preparación y las cualidades de los colaboradores elegidos será vital para la realización de las tareas específicas. Para que este factor suceda, será importante que los líderes tengan la capacidad de delegar. Aquí, uno de los desafíos más recurrentes es que el dueño del negocio quiera compartir información que considera delicada o confidencial. Es por lo que, la confianza y la apertura, serán valores fundamentales.

3) Impulsar una cultura profesional

Con los roles definidos y las tareas ya diseminadas, será importante definir y compartir al equipo de trabajo la identidad, la visión del trabajo, los valores de la marca que guiarán, en el día a día, los propósitos puestos por escrito previamente. La buena comunicación interpersonal e institucional de estos valores permitirá lograr el cumplimiento de los objetivos y el crecimiento sostenido y sustentable de la marca. A su vez, el entendimiento de los lineamientos el conocimiento del saber “hacia dónde vamos”, incrementará un clima laboral adecuado para el camino.

4) Acompañar el proceso

La última de las claves será realizar un seguimiento del proceso de profesionalización. Al ser un trayecto largo y que toma sus tiempos, será fundamental observar, con detenimiento y cada determinado periodo, cómo van evolucionando las áreas, cómo se relacionan los equipos y, por último, si la visión, misión y los principios que rigen a la marca son respetados y valorados. En este periodo existen falencias que van más allá de las cuestiones “técnicas” y se acercan a las humanas. Al ser un proceso que conlleva un tiempo considerable, muchos emprendedores se dan por vencido antes de tiempo cuando aparecen obstáculos. Es por eso que, esperar resultados inmediatos, puede llegar a ser muy perjudicial para el proceso, que puede ser dañado si, el propio líder, no tiene perseverancia.

Profesionalizar el negocio es un paso esencial para crecer. Estés o no en etapa de hacerlo, pensar en delegar a un profesional tareas que llevan tiempo y recursos puede ser beneficioso. Son decisiones difíciles de tomar pero que, bien tomadas, se traducirán en una empresa más robusta y competitiva en el largo plazo.