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El producto puede ser único; pero si no impacta eficazmente en los potenciales clientes, no dará rédito alguno al negocio. Ésta es una de las premisas que suscita a las empresas y marcas a poner énfasis, no sólo en lograr la consolidación de productos y servicios de excelencia, sino también de generar los mecanismos que permitan mayor visibilidad, optimización de costos y aumento de ventas. Internet cambió la forma de darse a conocer y alcanzar a la audiencia objetivo. Por eso, aquí presentamos algunas de las estrategias que son tendencia en el mundo del marketing digital:
Se trata de una estrategia no intrusiva que se propone contactar con un usuario al principio de su proceso de compra y acompañarlo hasta la transacción final. Esta metodología es muy efectiva y cuenta con cuatro etapas, según sus impulsores. En la primera instancia, se busca atraer a los potenciales clientes. La idea es que la marca pueda satisfacer la demanda de contenido del usuario acerca de un mercado en cuestión. Esto puede realizarse a través de blogs, redes sociales y, en síntesis, una estrategia de contenido integral, con herramientas como motores de búsqueda y palabras clave que generan que tus canales se posicionen de manera efectiva en la red.
Una vez que se atrajo al usuario a la página web mediante estas herramientas, se debe iniciar una comunicación exhaustiva con el usuario con el fin de convertirlo en un potencial cliente. A través de mensajes o formularios, deben responderse todas las inquietudes del visitante y tener una radiografía de las necesidades de cada uno. La tercera etapa consiste en nutrir de información precisa a cada cliente potencial. Ya se ha hecho una radiografía del visitante y se han contestado las preguntas e inquietudes.
Sin embargo, es probable que todavía esa persona no se haya convertido en cliente. Una serie de correos electrónicos con información útil, a medida y brindada en el momento indicado, pueden ser el empujón que necesita el usuario para convertirse en cliente. Ya convertido en uno, la meta es fidelizarlo y ampliar su valor. Para eso, se sugiere continuar brindando información que le sea útil y ajustar los canales de comunicación pertinentes para cada caso en particular.
También conocido como retarketing, se trata de crear campañas de anuncios personalizadas teniendo en cuenta la experiencia del usuario; es decir, para aquellos que ya han visitado previamente el sitio y otros contenidos. Esta estrategia tiene como principal propósito generar impactos y anuncios cada vez más personalizados. Una vez que el usuario ingresa al sitio, se lo marca con una cookie y se le añade una lista de retarketing cuyos parámetros se definen previamente. En consecuencia, se realiza una campaña de anuncios orientados a esta lista, los cuales sólo podrán ver los usuarios que forman parte de ella. De esta manera, se evita que los usuarios entren en contacto con anuncios que no son de su interés. El caso de las agencias de viajes es el más conocido: una vez que un usuario buscó un destino, las publicidades acerca de ese sitio concreto aparecerán en otras páginas webs que visite.
Ésta es una herramienta cuyo objetivo principal es mejorar de forma continua la capacidad de un sitio web de cumplir sus objetivos. Se trata de persuadir al usuario para que realice determinada acción. Una de las maneras de conseguir una persuasión más efectiva es a través de las denominadas páginas de aterrizaje. Para lograr una mayor optimización, se aplican determinadas técnicas y herramientas que tratan de promover y alcanzar el objetivo, por ejemplo, los test A/B: se muestra al usuario dos o más páginas similares para conocer cuál obtiene el mejor resultado y aplicar cambios a la versión final.
Otra técnica son los mapas de calor, los cuales ayudan a tener conocimiento de qué es lo que ve el usuario y los lugares en los que realizan más clics. A estos dos, se le adhieren los videos de navegación, muy útiles para saber exactamente lo que hace el usuario en el sitio en pos de detectar las particularidades del diseño que impiden al usuario llegar al objetivo.
Es entendida como la inversión económica que hace la marca en pos de conseguir que un consumidor potencial se convierta en una conversión final y adquiera el producto o servicio. Para calcular este costo, debe dividirse el total de lo gastado en marketing para conseguir clientes sobre el número de clientes que se consiguieron como producto de esta inversión. En otras palabras, el valor real de un cliente va a estar determinado por el valor de su compra menos la cantidad que se invirtió para lograr que convirtiera. Un correcto uso de las estadísticas relacionadas al CAC permitirá ir incrementando la efectividad de la campaña; es decir, reduciendo costos.
El inbound marketing, el retargeting , el CRO y el CRA son sólo algunas herramientas para explorar en el mundo digital. Bien utilizadas, puede ayudarte a incrementar tus ventas y fidelizar a tus clientes, hoy más disperso que nunca por la sobreabundancia de oferta informativa en Internet.