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La oficina entendida como el lugar donde cada empleado tiene su espacio para desempeñar su trabajo durante una cantidad de horas comienza a ser una definición obsoleta. Con la idea de reducir los costos, aprovechar más el tiempo y aumentar la productividad, cada vez más pymes buscan un nuevo modelo que difieren al tradicional: el coworking. 7x de Fundación Itaú consultó a expertos sobre el tema para conocer cómo es posible aprovechar la tendencia.
El coworking (trabajo compartido o colaborativo) dejó de ser un movimiento aislado limitado a los trabajadores independientes, freelancers o los móviles, para convertirse en espacios que fomentan la innovación y optimizar costos también dentro de la empresa. Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, asegura que esta modalidad se está convirtiendo en una “nueva usina de creatividad e innovación”, donde trabajadores de distintas disciplinas pueden “interactuar, compartir, construir, mejorar y co-crear nuevos proyectos”, apoyándose mutuamente.
Entre las particulares de estos espacios, Leticia Turco Greco, una de las fundadoras de DECK, empresa especializada en el rubro, cuenta que los espacios de coworking se caracterizan por ser espacios “bien iluminados, en donde prima el silencio para la óptima realización de las tareas”. Por otro lado, hay salas de reuniones que sirven tanto para recibir clientes o hacer presentaciones como para reunir un equipo de trabajo numeroso. Además de, por ejemplo, salas reconfigurables que se adaptan a las necesidades del trabajo, se ofrecen espacios multifuncionales para capacitación o eventos, y salas de relajación y descanso, según cuenta Feingold. En estos últimos se pueden encontrar la cafetería que es el lugar de encuentro u otros espacios que cuentan con microondas, heladera y espacio para cocinar.
De acuerdo a las características de tu negocio o los objetivos que te propongas, podrás optar una u otra. Como consejo para elegir, Turco Greco sostiene que es importante “conocer el lugar antes de contratar un espacio y asegurarse que la oferta del mismo satisfaga las necesidades específicas del usuario”. Por otro lado, para trabajar en un ambiente compartido, también se debe tener en claro que hay normas de convivencia a seguir para no generar incomodidades entre los coworkers.
Independientemente del lugar que elijas por su tamaño, diseño o las comodidades, todos los espacios de coworking tienen valores que son esenciales. Feingold resume los principales:
Una de las características más atractivas del coworking, difícil de encontrar dentro de otros ámbitos, es el enorme caudal de conocimientos, experiencias y competencias diversas que se puede encontrar dentro del grupo de asistentes. Esto permite la formación de equipos multidisciplinarios espontáneos y la generación de sinergias.
Se puede ser más productivo cuando se está rodeado de personas con ideas afines, enfocadas y creativas. La creación de un espacio donde trabaja una comunidad de personas con ideas e intereses compartidos es lo que hace tan atractiva a esta modalidad de trabajo. Genera un sentido de pertenencia que opera como disparador de ideas.
Además de adoptar políticas respetuosas con el medio ambiente, los espacios de coworking suelen estar en la periferia, más cerca del hogar de los usuarios. Esta condición, por un lado, evita los congestionamientos de tránsito y disminuye el tránsito vehicular en las grandes urbes, reduciendo la polución ambiental. Así, representan un impulso para el desarrollo de áreas suburbanas, que se ven beneficiadas con un aumento de la actividad.
Dentro de los espacios de coworking se fomentan la transparencia y la apertura. Todos se pueden beneficiar cuando las ideas y la información se comparten abiertamente.
Es una característica importante del coworking proveer un espacio de trabajo que sea económica y físicamente accesible. En algunos países donde esta modalidad está ampliamente extendida, se ofrecen servicios los 365 días del año, las 24 horas.